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- JUANMA LAMET
- Madrid
Actualizado Lunes, 12 septiembre 2022
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Feijóo y Bendodo han iniciado ya el acercamiento con varios partidos de cara a las próximas elecciones generales
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En su proclamación, Carlos III del Reino Unido llevaba prendido de la corbata un alfiler con las iniciales CR (Carolus Rex) engastadas en diamantes. Y sobre ellas, la corona. No es que le diera tiempo a encargar esta suntuosa joya -que se conoce como «broche de esfera»- sobre la marcha, tras la muerte de su madre, sino que la guardaba en secreto desde muchos años atrás, con la íntima ambición de poder lucirla antes de que fuera demasiado tarde para él. Porque nadie puede estar preparado para algo si no cree que vaya a ocurrir.
Alberto Núñez Feijóo no tiene intención alguna de eternizarse en la retaguardia del poder tanto como el sempiterno príncipe de Gales, pero ya prepara con su mismo nivel de detalle el camino hacia las generales. Porque no quiere dejar ningún cabo suelto y porque piensa, como Cervantes, que estar preparado es la mitad de la victoria. No quiere echar las campanas al vuelo ante las encuestas y por eso pide calma a su equipo -«todo puede cambiar en seis meses»-, pero sí que trabaja con la mayoría simple como hipótesis principal. Así que ha comenzado una operación discreta para tejer lazos con partidos como Coalición Canaria, el PRC cántabro, Teruel Existe o Unión del Pueblo Navarro, con el que quiere cerrar un acuerdo previo, para las elecciones autonómicas navarras. Y, por encima de todos ellos, el PNV, recurrente objeto de deseo del bipartidismo.
«El escenario con el que se trabaja, hoy por hoy, es ése: una victoria que requiera de pactos», aseguran fuentes populares conocedoras de la operación. «Pactos», se entiende, que no pasen por Vox. Primero, por la propia disputa por el electorado de derechas. Y después, porque los de Santiago Abascal exigirían entrar en el Gobierno y Feijóo quiere repetir el modelo de Juanma Moreno o, como mucho, el de Isabel Díaz Ayuso. Antes que con Vox, intentaría un acuerdo con el PSOE para «respetar que gobierne la lista más votada». Pero los socialistas, en este momento, ni siquiera han contestado a la petición de una reunión secreta para distender la relación, según las mismas fuentes.
Así que Génova, con Feijóo al frente y Elías Bendodo como escudero principal, ha comenzado a tejer un plan para recuperar los canales de comunicación con algunos de los partidos que podrían resultar decisivos para decantar la mayoría parlamentaria. Feijóo se va a reunir con los líderes y Bendodo, con los números dos. El primer encuentro discreto ha sido con miembros de Coalición Canaria, según revelan fuentes de Génova. Con el partido que capitanea Fernando Clavijo las relaciones del PP siempre fueron buenas (y, sobre todo, utilitaristas), pero con Pablo Casado hubo menos sintonía política en el Congreso, a pesar de que en Canarias ambos partidos estuvieron a punto de suscribir un pacto para gobernar juntos.
Antes de que termine septiembre, Feijóo tiene previsto conversar con Andoni Ortuzar. El presidente del PNV es el hombre clave para limar las asperezas que han ido acumulando ambas formaciones desde que, a finales de mayo de 2018, y sólo una semana después de ser clave para aprobar los Presupuestos del PP, el PNV cambiara de bloque parlamentario para votar a favor de la moción de censura contra Mariano Rajoy. Los jeltzales verbalizaron la semana pasada, por boca de Aitor Esteban, que no tienen motivos para cambiar de aliados, pero en el PP quieren recoser las relaciones. No en vano, económicamente ambos están más cerca de lo que parece. Además, la sintonía de Feijóo con el lehendakari Iñigo Urkullu es palmaria, pero aún no se han puesto en contacto para este acercamiento, según otras fuentes.
Toda la operación mayoría simple gira sobre la premisa de que los populares pueden ganar las elecciones de finales de 2023, sí, pero difícilmente podrán gobernar en solitario. Esto último no lo descartan -como tampoco descartan perder, claro-, pero no es el escenario principal. El plan A es que las encuestas se cumplan. O incluso que mejoren. «Puede ser como en 2011», comenta en privado un dirigente.
Pero incluso en un escenario favorable, Feijóo necesitaría deshacer algunos de los apoyos actuales de Sánchez. «Queremos reabrir los cauces con todos menos con Bildu», resumen en Génova. Y eso implica que sí habrá contacto con Vox y Ciudadanos, pero aún sin fecha. Ahora la prioridad son los nacionalistas.
Cómo ganarle al secesionismo
“ERES MI HÉROE”
La visita de Alberto Núñez Feijóo a Cataluña, a finales de la semana pasada, no sólo sirvió para que se reafirmase en su idea de un «catalanismo constitucional», sino que también le valió para comprobar de primera mano cómo se le puede ganar al independentismo. El presidente del PP compartió almuerzo con los principales representantes de Pimec, la patronal de las pymes catalanas. Su presidente, Antoni Cañete, le ganó a la candidatura impulsada por la ANC con nada menos que el 83% de los votos. Al escuchar esta cifra, a pesar de que Cañete tenía «toda la maquinaria en contra», Feijóo le soltó: «¡Tú eres mi héroe!». El líder del PP quiere acercar posturas con la sociedad civil catalana porque, como alerta siempre José María Aznar, sin un buen resultado en Cataluña no se puede gobernar España.
PSOE
CAUCES ROTOS TAMBIÉN CON LOS BARONES
La relación entre el PSOE y el PP no pasa precisamente por un momento boyante. La tensión por el CGPJ y los duros reproches que se han cruzado unos y otros han enrarecido tanto el ambiente que, hoy por hoy, los cauces están prácticamente cerrados. Pedro Sánchez no llama a Feijóo desde que lo invitó a La Moncloa, el 7 de abril. Y no tiene intención de hacerlo de nuevo, por ahora. Además, las baronías del PP se quejan de que a ellos tampoco los llaman ya desde La Moncloa. Tampoco los gabinetes de los dos líderes hablan. «Y Félix Bolaños no llama a Cuca Gamarra desde el real decreto de la guerra de Ucrania», añaden fuentes del PP, «mientras que a Edmundo Bal o a Ana Oramas sí». Génova se queja de que en los últimos días ha intentado una reunión discreta, pero Ferraz ni siquiera ha contestado.
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